Los Hijos


Como padres procuramos establecer principios y valores cristianos en nuestros hogares convencidos que es la única manera en que nuestros hijos pueden disfrutar una vida en plenitud. Lamentablemente aunque nos esforcemos no siempre lo logramos. Los que conocemos la historia del hijo pródigo (Lucas 15:11-32) sabemos que este es un hijo que quiere hacer su propia voluntad, convencido que ya es hora de vivir su vida como mejor le parece. Seguramente su padre trató de convencerlo, pero al ver su obstinación lo dejó ir. Ninguno de nosotros queremos ver el fracaso de nuestros hijos y como el padre de la historia, corremos en su ayuda cuando regresan arrepentidos, los abrazamos y recibimos con gozo; ¡Pero que duro es ese tiempo de lejania! ¡Cuantas lagrimas derramadas!! ¡¡Cuanta oración sin aparente respuesta!! Es en este tiempo cuando debemos ser sabios y entregarlos en las manos de Dios. Entregarlos rindiendo NUESTRA voluntad para que Él haga la SUYA. Solo entregandolos en sus manos liberamos a Dios para que haga con ellos lo que solo Él puede hacer, Él puede estar con ellos siempre, Él puede ir con ellos donde nosotros no podemos, Solo Él puede hacer que regresen a casa y recuperen la cordura. Pongamos nuestros hijos en las manos del único que puede darles vida. Pongamoslos en las manos de Dios!!

"Encomienda al Señor tu camino, confía en Él y Él actuará" Salmos 37:5 NVI

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