EL LENGUAJE PRIMORDIAL DEL AMOR
>> viernes, 8 de enero de 2010 –
matrimonio
Algo increíble sucede a nuestros corazones cuando oramos por otra persona. La dureza se disipa. Podemos ir más allá del dolor, y perdonar. Incluso terminamos amando a la persona por la que estamos orando. ¡Es milagroso! Sucede porque cuando oramos entramos a la presencia de Dios y Él nos llena con su Espíritu de amor. Cuando oras por tu esposo/a, el amor de Dios crecerá en tu corazón. No solo eso, encontrarás amor creciendo en su corazón para tí, sin él/ella ni siquiera saber que estás orando. Esto se debe a que la oración es el lenguaje primordial del amor. Comunica en maneras que nosotros no podemos.
El hablar a Dios sobre tu esposo/a es un acto de amor. La oración da lugar al amor, el amor genera más oración, que a cambio produce más amor. Aunque tus oraciones no nazcan de motivos desinteresados por completo, se volverán más desinteresadas a medida que continúas orando. Te darás cuenta que eres más amoroso/a en tus respuestas, y que los temas que antes causaban dolor entre ustedes no van a causarlo más. Podrán llegar a un acuerdo mutuo sin discutir. Esta unidad es vital.
Cuando no estamos unidos, todo se desbarata. Jesús dijo " todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pié" (Mateo 12:25) La oración trae unidad incluso cuando no están orando juntos. Gran tensión desaparece cuando oras por él/ella. También preguntando ¿cómo puedo orar por tí? trae un aspecto de amor y cuidado en cualquier situación.
El punto en todo esto es que como esposo y esposa no deseamos tomar calles separadas. Anhelamos estar en el mismo camino y ser compatibles, compañeros para toda la vida, y tener un amor que dure hasta el final de nuestras vidas. La oración como el primordial lenguaje del amor, puede hacer que eso suceda.
Adaptado de "El poder de la esposa que ora"