LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE

Un filósofo emprendió un viaje y, para llegar a destino, debía atravesar un caudaloso río. La única manera de cruzarlo era en una barca.

El filósofo subió a la embarcación y durante el trayecto inició la conversión con el barquero en estos términos:

-Amigo, ¿Usted sabe geografía?

-No señor - respondió sorprendido el hombre.

-Si no sabe geografía, usted ha perdido el 10% de su vida - replicó el catedrático.

-¿Sabe usted gramática?- preguntó el filósofo.

- No señor. ¿Que es eso? - volvió a responder el barquero.

-Si no sabe gramática, usted ha perdido otro 10% de su vida.

De ese modo, durante un buen rato, el filósofo preguntó al hombre si sabía de aritmética, economía, historia, etc. El humilde barquero respondía que no sabía nada de todas esas cuestiones y había comenzado a preocuparse porque, según la manera de contar del filósofo, llevaba perdido ya el 80% de su vida.

Distraídos por la conversión, chocaron contra una enorme piedra que yacía en medio del canal. De repente, el bote comenzó a hundirse. En ese momento, el barquero pregunto al filósofo:

-Amigo, ¿sabe usted nadar?

-No - respondió angustiado el filósofo.

-Pues entonces usted perderá 100% de su vida, ya que nos hundimos y se va a ahogar.

"Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará" Lc. 17:33

Para pensar y practicar

Si nuestra más grande necesidad hubiera sido el dinero, Dios habría mandado a un economista.

Si nuestra más grande necesidad hubiera sido de conocimiento. Dios habría mandado a un educador.

Si nuestra más grande necesidad hubiera sido diversión o entretenimiento, Dios habría mandado a un artista.

Pero como nuestra mayor necesidad era la salvación y vida eterna, Dios mando a su Hijo Jesucristo.

No importa cuánto conocimiento, ciencia o bienes terrenales tenga una persona; si de frente al río de la eternidad no ha asegurado su viaje en el bote de la salvación de Dios, será arrastrado por las aguas de la perdición.

¿Sabe usted como asegurarse el viaje a la eternidad? Confiese ahora mismo su necesidad de Dios. Declárelo parte de su vida. Camine junto a él y su futuro estará asegurado, ya que la biblia dice "Los que confían en él, nunca serán defraudados" Romanos 10:13

Invierta en su familia; no dinero, sino tiempo. Guíelos por el camino seguro que conduce a la paz en esta tierra y en el más allá. Nuestra vida trasciende a la eternidad. Anímelos a buscar a Dios y conocer sus caminos para que todo cuanto emprenda prospere en sus manos.

Extraído de Familias con futuro. Jose l. y Silvia Cinalli