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Camila usaba uno de sus camisones preferidos, entró a su habitación despacio, tocando suavemente el hombro de su esposo le dijo: "hasta mañana amor". Joaquín tiene la intención de acariciarla pero ella solo le da un beso frío. Con una incomoda sensación en la boca del estómago, Camila se acomoda lejos de Joaquín, mientras finge cansancio y dolor de espalda. Aunque hace varias semanas que no han tenido relaciones sexuales, Camila rechaza los avances de Joaquín.
Pero no siempre fue de esta manera...

Camila y Joaquín se casaron cuando apenas tenían 20 años conformando un sólido matrimonio y al principio tenían una maravillosa y abundante vida sexual. Sin embargo, ella de a poco empezó a sentir desinterés y solo quería sexo con su esposo en contadas ocasiones. Ella comenzó a recordar constantemente, la época en que un pariente cercano la había molestado sexualmente cuando era niña. Se empeñaba por bloquear esas imágenes pero se repetían una y otra vez. Aunque el recuerdo del abuso era algo que ella trataba de esconder, parecía que el matrimonio había empujado los recuerdos a la superficie.

Camila clamó a Dios en medio de la situación que experimentaba y con la dirección del Espíritu Santo comenzó a tomar las medidas necesarias para alcanzar restauración. Entendió que el Señor deseaba sanar su intimidad con Joaquín. Y Dios trajo libertad!! Libertad para perdonar, soltar y disfrutar la sexualidad de la manera en que Dios la planeó.

- Los abusos sexuales en la niñez, dejan una herida en la mente y el corazón de una mujer haciéndola incapaz de entregarse completamente a su esposo. Ella se puede sentir violada por él cada vez que hacen el amor; aunque su mente sepa que él tiene derecho a tener intimidad, su corazón le dice que la están violando. Ella puede incluso pensar ¿Porqué quiere hacer eso conmigo? ¿No sabe lo que eso me hace sentir?
El abuso en la niñez o juventud puede controlar el área sexual de una mujer para el resto de su vida. La mujer abusada entiende mal a menudo el diseño de Dios para la intimidad sexual, y consiente la unidad física en su matrimonio solo como "un deber" o simplemente para mantener la paz en su hogar. Ella no puede disfrutar la belleza única y las emociones físicas de la intimidad ya que la siente fea y como ocasión de aprovechamiento.
Si lo que acabo de describir es semejante a la herida que usted tiene en su corazón por haber sufrido abuso quiero que sepa que hay sanidad. Jesucristo quiere darle una profunda y verdadera sanidad-

Como cualquier trabajo de Dios en nuestras vidas, hacemos casi siempre una parte del proceso. En el caso de Camila ella dio los siguientes pasos para lograr su sanidad completa.

Paso uno: Ore mucho
El proceso de restauración de Camila comenzó con mucha oración. Ella clamó a Dios, pidiendo que el sane su vida sexual. Hay muchas acciones positivas que una mujer puede hacer para ayudar a sanar el dolor del abuso en la niñez, pero solo Dios puede producir la restauración completa y duradera de la sexualidad de una mujer.
Isaías 42:3 nos habla de como Dios trata con los corazones que han sido quebrados o rotos por situaciones injustas: No acabará de romper la caña quebrada, ni apagará la mecha que apenas arde. Con fidelidad hará justicia.(NVI). Una de las maneras en que Dios quita la opresión es sanando. Él trae libertad y sanidad a quienes pidan de ella. Él es bueno... Él es fiel... ¡Y su misericordia nunca falla!

Paso dos: Elija el perdón
Camila reconoció que ella debía perdonar al miembro de la familia que la había devastado con sus acciones en su niñez. Esta decisión fue muy importante en su búsqueda de sanidad, y fue lo que abrió la puerta para la restauración de su intimidad.
El perdón es fundamental para recibir la cura del dolor de los abusos sexuales. Es más que una buena decisión, es realmente la entrada a la libertad.
Dios sabe que el pecado nos destruye. No solo el pecado cometido contra nosotros, sino nuestra reacción pecadora a lo que nos ha sucedido. El enojo sin resolver a menudo nos lleva a la depresión, la autocompasión, la amargura y el resentimiento y estas cosas envenenan nuestro cuerpo y nuestra alma. Una persona encuentra sanidad con el proceso del perdón, recibiendo perdón y perdonando. Por eso Dios es tan insistente en que perdonemos. El no quiere que el pecado arruine nuestra vida. A veces nos oponemos a perdonar a quienes nos han ofendido porque pensamos que “dejarlo ir” es demasiado fácil para el abusador, sin darnos cuenta que somos nosotros los que estamos prisioneros y que si no perdonamos seguiremos cautivos del dolor. Cuando perdonamos a alguien significa que lo estamos poniendo completamente en las manos de Dios para dejarlo castigar, justificar o perdonar (Romanos 12:17 y 21)

Paso tres: Muévase mas allá de ser la victima
Cuando usted es una victima, hay un tiempo para recibir consuelo y eso es algo muy atractivo. Puede pasar que usted quiera permanecer allí. Ciertamente hay un tiempo y un espacio para ser consolado del dolor del pasado, especialmente el causado por otros, pero debemos tener cuidado ya que las victimas de abusos sexuales en la niñez muchas veces buscan permanecer ahí para evitar hacer frente a los problemas reales.
Un gran obstáculo en la sanidad sexual en el matrimonio es una “mentalidad de victima”. Si una mujer permanece en victima, sigue siendo una niña herida. Ella puede parecer una mujer competente, pero en su interior sigue siendo la niña que fue abusada hace tantos años. Cuando una mujer toma la valiente decisión de dejar el pasado atrás y se toma de la mano de Dios, encuentra sanidad.
Es muy importante en el proceso de sanidad el trato especial del esposo. La mujer abusada a menudo necesita que se la trate especialmente durante algún tiempo. Pero eventualmente, las necesidades del esposo deben entrar en juego. Él necesita una compañera, amante y alguien que este apasionada por el. Él necesita poder gozar libremente de su esposa física y sexualmente sin que ella se sienta culpable.
Con la ayuda de Dios, Camila comenzó a verse fuerte, madura, entera y comenzó a disfrutar de la sexualidad con su esposo. Cuando sentía la tentación de verse nuevamente como herida, indefensa, frágil, tomó la decisión de oponerse a esos pensamientos y moverse más allá de ser victima.
La cura de abusos sexuales es muchas veces un camino intrincado y requiere un plan de acción, un tiempo y un montón de paciencia de ambos cónyuges. Además de los tres pasos mencionados sugerimos:



  • Buscar asesoramiento cristiano calificado.

  • Pedir a amigos de confianza mucha oración durante el viaje curativo.

  • Oren juntos (esposo y esposa) y el uno por el otro siempre y especialmente en el proceso de sanidad.

Paula Friedrichsen


http://www.pfministries.com/



Esta es una historia real, los nombres han sido cambiados.
Traducido por Familias Exitosas.

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