¡Nosotros esperamos... y tú también puedes lograrlo!
Aunque suene extraño, Tami y yo éramos vírgenes cuando nos casamos. No fue fácil, permíteme decirlo; pero nos alegramos mucho de haber esperado.Empezamos a salir en el noveno grado y continuamos haciéndolo por siete años antes de casarnos. A medida que nuestro amor y nuestra dedicación crecían, las tentaciones sexuales se volvieron una verdadera lucha. Ambos somos cristianos practicantes que querían obedecer a Dios, pero aunque Dios decía "no", nuestros cuerpos gritaban "si"… ¡y parecía que nuestros cuerpos gritaban cada vez más fuerte!
Resistiéndose a las tentaciones sexuales.
Las hormonas estaban en competencia. Queríamos esperar, pero la carne nos decía "sigue adelante". La televisión, el cine y la música empeoraban las cosas. Sus mensajes nos estimulaban diciéndonos una y otra vez: "ten relaciones sexuales". Nuestra convicción de esperar se estaba debilitando. La impureza que lleva al acto sexual estaba destruyendo nuestra relación. El dolor, el pecado, la culpa y la confusión nos estaban separando.Al borde del desastre, hicimos el compromiso de reservar las relaciones sexuales hasta el matrimonio y orar juntos con regularidad. Reforzamos nuestra decisión mediante la lectura de un libro acerca de mantener la pureza en una relación de noviazgo. Comprometidos con la castidad, nos ayudamos mutuamente en la lucha contra las tentaciones. Era difícil a veces, pero desarrollamos una gran disciplina y respeto mutuo. Una nueva apertura surgió y aumentó la confianza en nuestra relación. Nuestro amor floreció y se hizo más profundo.Ahora podemos decir con gratitud que cuando finalmente nos casamos éramos vírgenes. No podemos expresar cuán maravillosa fue nuestra luna de miel. Sencillamente decimos que valió la pena esperar. Luchamos pero ganamos las batallas y ambos somos más felices, más fuertes y estamos más enamorados por haber esperado.
"Una sola carne." ¿Cómo es eso?
Tami y yo lo compartimos todo -nuestras posesiones, pensamientos, sueños, emociones, temores, sufrimientos y oraciones; todo lo que somos. Compartir nuestros cuerpos es la expresión física de la entrega total del uno al otro. Las relaciones sexuales no son solamente un signo de nuestro amor, también nos unen muy íntimamente, dándonos gracia y fortaleza para superar la adversidad.Cuando una pareja se hace "una sola carne", éste es el conocimiento más íntimo posible. No solamente comparte usted su cuerpo, sino también sus emociones y su alma. Esta entrega de su yo más íntimo, y recibir el yo más íntimo de su cónyuge, es un privilegio maravilloso. Pero si uno de los dos puede "largarse", el don y el privilegio son abusados y despreciados. Amar significa desear lo mejor de lo mejor para una persona por toda la vida. Tener relaciones sexuales sin el amor comprometido del matrimonio hiere y habitualmente destruye la relación.Las relaciones sexuales también crean niños, como signo del amor entre los esposos. ¿No es increíble que la unión espiritual y física del amor pueda crear una nueva vida? Imagínate esto: dos personas tan enamoradas que la entrega mutua crea un nuevo niño -una persona- un hijo o hija como tú y yo, con un alma que vivirá para siempre. (¡Qué belleza, ser co-creadores con Dios!)Y los bebés necesitan familias fuertes, con padres y madres amorosos. Esta es la situación ideal y es una razón por la cual Dios designó el sexo específicamente para parejas casadas. El acto sexual es para unir y para tener niños, y antes del matrimonio ambas cosas tienen dolorosas y graves consecuencias.
¿Qué hacer si ya has empezado a tener relaciones sexuales?
Comprendemos que puedes estar ya teniendo relaciones sexuales y preguntándote por qué después de dar tanto de sí, tu relación está dando tropiezos. Sólo porque estés teniendo relaciones sexuales no quiere decir que ni tú ni él o ella estén dando "todo" de sí. Aunque dos personas digan que se aman, no han dado todo de sí mientras no hayan hecho públicamente votos de dedicar cada uno su vida entera al otro "hasta que la muerte nos separe".Fuera del matrimonio, la intimidad sexual indica que por lo menos uno de los dos está actuando sin autocontrol de un manera egoísta y deshonesta. Esto destruye la relación convirtiéndose en una cuña y una piedra donde se tropieza en el desarrollo de un amor maduro. Las relaciones sexuales prematrimoniales te garantizan que tarde o temprano se romperá la comunicación.Para restaurar tu relación actual y proteger tu futuro matrimonio necesitas suspender toda relación sexual inmediatamente, incluyendo todo lo que le precede. Dale a tu amor una oportunidad de hacerse más profundo y florecer. Puede parecer imposible al principio, pero puedes hacerlo. Tú y tu amada (tu futura esposa y tus hijos), estarán muy agradecidos de que hoy hayan hecho el compromiso de reservar las relaciones sexuales para el matrimonio. Y si ya han hecho ese compromiso, ¡felicitaciones!
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Fuente: "The Incredible Gift! The Truth About Love and Sex", por Keith y Tami Keiser. Our Sunday Visitor Publishing Division Inc., 1996.